La Vida en el AHORA

LA VIDA EN EL AHORA
Liberado todo desequilibrio kármico, llegamos al siguiente proceso, ese en el que la Vida en el AHORA CUÁNTICO, va a ser nuestro exponencial lugar de expresión. Para ello, tendremos que ser conscientes de los procesos que como Alma, hemos vivido, mientras nos hemos gestado como tal. Es el Despertar del Navegante, la resonancia con la Consciencia Cósmica, creciendo a la par que el Cosmos se hace Consciente de sí mismo. Es el ser Conscientes del Misionero que se entrega al Espíritu y crece, siente y se expresa como perfecto reflejo del mismo.
La increíble Constelación de la Osa Mayor, nos va a hablar, a través de cada una de las Estrellas principales que forman el hermoso carro, en el que entre todos hemos evolucionado el Amor Verdadero.
Alkaid, Mizar, Alioth, Megrez, Phekda, Merak y Dubhe, son quienes al final nos van a desvelar el precioso Espíritu de la 8ª Divina La Estrella Polar, el Ser que tiene el más inmenso corazón, que como MADRE de Todos va a ser, junto con el PADRE, los precursores del siguiente Universo evolutivo, al que nos dirigimos. Buen viaje. Nos vemos Aquí y Ahora.

Meditación de la Pasión



2º Encuentro Quorum Osa Mayor

Una vez abierto el proceso iniciático hacia la Libre Comunicación Cósmica, vamos a adentrarnos en cada uno de los Universos en los que vive, se manifiesta y expresa el LOGOS SOLAR ÉL/ELLA.  
En este 2º Encuentro, vamos a poder conectarnos con los Orígenes de la Experiencia Humana, cuando todo era todavía un Campo de Fuego y la Conciencia, no disponía del vehículo denso del Cuerpo Físico. Nos referimos a la 1ª Raza Raíz, la que se denomina Raza Etérica. El Rishi de esta Raza fue Ranut – el 1r Hombre Celestial y la consecución de la Experiencia de este Universo, es decir, la riqueza o el tesoro que se alcanza, es Gaiatra.
La inmensa Entrega de Él a Ella y de Ella a Él, culmina en el Espíritu de Paz que ambos generan en su absoluta Unicidad. La Devoción a lo opuesto, la Admiración, la Aceptación y la Entrega, tiene su culmen en la PASIÓN que sostienen ambos. Son el máximo exponente de Amor-Sabiduría alcanzado a través de la riqueza de la experiencia que como individuos opuestos, son capaces de dimanar.
Comenzamos…
Concentrados y en silencio, nos conectamos con la Multidimensionalidad del Ser. Sentimos como cada fase, cada plano, cada ritmo y cada átomo, se convierten en una Unidad indisoluble. El Corazón del Planeta y el nuestro, sostienen ahora y para siempre, idéntico ritmo. Así mismo y muy lentamente, nos integramos en el ritmo cósmico.
(pausa)
De repente un extenso Campo de Fuego se abre ante nosotros. Las llamas surcan todo a nuestro alrededor. Advertimos que estamos rodeados de un interminable Océano de Fuego. Numerosas oleadas de llamas se acercan a nosotros. Es como si estuviésemos en el Sol. Podemos sentir el calor y observar con detenimiento, la visceralidad que se desprende de ese lugar en el que nos encontramos, como observadores, pero al mismo tiempo, tomando Consciencia de que ahí se trazaron los inicios de la Vida como Entidad.
El aire es inapreciable, lo mismo que el agua y la tierra. La atmósfera que nos envuelve, es tan sumamente densa, que la percibimos, asfixiante. Mientras respiramos con tranquilidad advertimos que las elevadas temperaturas del lugar no pueden dañarnos, pues nos encontramos manifestando la Conciencia.
Nos quedamos observando y sintiendo este lugar, integrándonos en él.
(pausa)
Conforme focalizamos más nuestra atención en descubrir este lugar, percibimos una presencia. Se trata de una silueta. Parece difuminarse entre las llamas, pero, poco a poco se va definiendo, como si nosotros, al ser capaces de percibirla, le diéramos consistencia.
La silueta, cada vez está más presente. Ahora ya tiene forma. Se trata de una desdibujada silueta humana. Tiene intención de avanzar a través del Océano de Fuego que se abre ante sí. Está decidida a lograrlo.
Sabe que el camino será difícil y que durante el trayecto, va a experimentar situaciones que jamás antes ha vivido.
Parece que al comenzar a caminar, el Fuego baja en intensidad y comienza a mezclarse con un suelo de arena.
Todo es árido. El fuego y el desierto lo invaden todo. No hay más que arena y Fuego.
Sentimos que deseamos continuar hacia delante. El esfuerzo es vital. Conforme nos inundamos de intención, aparece en nosotros una mayor voluntad, para continuar.
Sin desestimar un ápice esa fuerza de voluntad, nos arraigamos a ella y nos adentramos en el Gran Desierto de Fuego.
(pausa)
Arrollados y envueltos de Fuego, sentimos como el escenario cambia. Estamos en las entrañas de un espeso Bosque. Podemos sentir la Tierra, pero todavía no podemos tocarla. Vamos tomando forma paulatinamente. Pero ahora es el momento de inmiscuirnos en este nuevo escenario y comenzar a conocer de lo que somos capaces. Se trata de una profunda conexión con el mundo que nos rodea y con nosotros mismos como individuos.
Mientras caminamos por el Bosque, comenzamos a escuchar extraños sonidos, parecen aullidos, gemidos, lamentos. No tenemos idea de qué se trata. La curiosidad nos hace que investiguemos, pero el miedo nos hace que seamos precavidos.
Casi sin darnos cuenta, algo nos acecha que nos está asustando. Sentimos amenazada nuestra integridad, el instinto de supervivencia se desata. Plantamos batalla ante el intruso, pese a estar muertos de miedo. Luchamos, recurrimos a todas nuestras armas para derrotarlo. Nos hiere, nos duele, pero al final conseguimos matarlo. Nos sentimos victoriosos. Este sentimiento nos hace creernos más poderosos ante el Océano de Fuego. Sabemos que durante el Camino la lucha va a ser un recurso para salir airoso de la experiencia.
(pausa)
El Tiempo pasa muy rápido. El Bosque parece no tener fin. Estamos acostumbrándonos a luchar contra todo aquello que desconocemos. Nos sentimos agotados. Tanto, que incluso deseamos ser devorados, para no tener que continuar luchando.
Tras este sentimiento, algo de nuevo vuelve a acecharnos. Un nuevo intruso. Una nueva lucha. Podríamos salir huyendo para no tener que luchar o bien podemos enfrentarnos sin necesidad de más batalla. Es la primera vez que nos percatamos que podemos dejar de luchar si modificamos nuestra forma de actuar. Decidimos enfrentarnos de una vez por todas a aquello que nos está causando tal nivel de desesperación y tal y como tomamos esta decisión, la sensación de que un intruso intentaba devorarnos, desaparece.
Por vez primera tomamos consciencia de la naturaleza de nuestra mente. Intenta engañarnos si se lo permitimos. También, tomamos consciencia de que hay algo más, además de nuestra mente, que nos hace dar un viro a nuestra experiencia. Ha sido muy intenso ese sentimiento, nunca antes lo habíamos percibido. Es como si le hubiéramos dejado un hueco para expresarse, entre tanta intención de lucha.
Tomamos asiento bajo la sombra de un árbol desconocido. Todo está oscuro. Nuestro subconsciente nos continúa traicionando, intentando infringirnos miedo. Pero sin esperarlo, de nuevo esa sensación de tranquilidad, algo que nunca antes habíamos sido capaces de sentir. Nos preguntamos, a qué se debe ese sentimiento.
Entonces, la Vida parece respondernos de una manera. Un espectacular trueno azota el Cielo y tras el estallido, comienza a llover con intensidad en el Bosque. Respiramos el olor de la Tierra húmeda. Nos sentimos eufóricos. No para de llover, pero contra más llueve más podemos percibir ese sentimiento que ha aparecido en nuestro fuero.
Es como si los temores se hubieran esfumado. Sentimos ganas de bailar bajo el Agua. Nos dejamos impregnar por cada gota de Agua que se derrama del Cielo. Es como si por primera vez, nos diéramos cuenta de que existe el Cielo. Antes de esto, sólo estábamos conectados al miedo, a la guerra y a los deseos de victoria.
Comenzamos a recordar que durante el camino, hemos derrotado a numerosos enemigos. Muchos han muerto en nuestras manos, para que nosotros siguiésemos vivos. Un sentimiento atroz, nos azota. Es el sentimiento de la culpa por tanta tragedia absurda.
Gritamos alto y fuerte con toda la intención:
-          Que acabe ya la lucha.
La lluvia ha cesado. Continuamos caminando. Estamos empapados de Agua. Nos sentimos aliviados. Es como si los monstruos, los invasores, las alimañas hubieran muerto definitivamente.
Reiniciamos el camino de nuevo. Esta vez muy diferentes, tanto que hasta el Bosque ha cambiado. Ya no está a oscuras, ni se escucha nada que haga presagiar que tenemos que volver a la lucha. Pero el sentimiento de lucha continuando desolándonos. Sentimos que es nuestra obligación dar equilibrio a este sentimiento. Hemos ganado muchas batallas, pero por ello perdimos algo muy Sagrado. La Conciencia. Es el momento de mostrar lo que hemos aprendido. De garantizarnos a nosotros mismos que hemos aprendido de la experiencia. Numerosas vidas, aún se abren ante nosotros para reparar los daños causados. Pese a ello, nos sentimos orgullosos de poderle regalar al Universo, nuestra propia experiencia. Sentimos al Cielo y sabemos que el Cielo nos está conduciendo.
Lentamente los sentimientos de culpa se van difuminando entre las vidas que vamos en conciencia superando. Esta que presenciamos, es una Vida definitiva en esta experiencia. Lo sabemos. Algo nos dice que estamos alcanzando el objetivo. Regresamos al Bosque. Comenzamos a escuchar el sonido de los pájaros, el revoloteo de insectos, el zigzaguear de reptiles, y el ruido de otros muchos animales que nunca antes habíamos percibido, mientras nos sentíamos acosados por los monstruos. Sentimos que el Bosque es maravilloso.
Por vez primera, cuando cogemos aire, sentimos los aromas de las plantas y flores. Al levantar la mirada al frente, vemos una Cabaña. Llevamos eones atravesando ese Bosque y jamás antes habíamos dado con ella. Nos decidimos a entrar. La puerta está entreabierta. Aún así, solicitamos permiso. Sabemos muy bien que no nos agrada ser invadidos. Allí debe vivir alguien.
Sentimos algo que nunca antes habíamos sentido. Se percibe de nuevo el Fuego. Pero se trata de un Fuego muy diferente y especial. Se trata de un Fuego de Hogar. Se trata de un Fuego que se desprende de un Sol espectacular.
Una increíble Dama aparece. Sin dudarlo, nos dirigimos a Ella. Sostiene en su Alma algo muy preciado. Nos lo entrega. Se trata de la Bella Gaiatra, con una gran alegría nos dice:
-          La experiencia en este Universo se ha concretado.
Sentimos nuestro Corazón libre de luchas. Libre del instinto de supervivencia. Sabemos que la Vida va mucho más allá de lo que siquiera podemos imaginar. La abrazamos con toda la intensidad de nuestro Corazón. Ella nos acoge en su regazo, es el regazo de una experiencia llena de Amor. Sus Ojos nos hablan de todo lo superado. Nos sonríe. La besamos como si fuera nuestra Abuela y tras mostrarle todo nuestro Amor y Devoción, dejamos La Cabaña.
Llevamos con nosotros el regalo que Gaiatra nos ha entregado. El Bosque sigue inundado de un Sol espectacular. Una imagen flasheada hace que el recuerdo se abra a la consciencia. Recordamos a la perfección el inicio de esta experiencia. El de aquella silueta desdibujada sin consistencia. Miramos de nuevo al Sol. Cuando lo hacemos, tenemos muy claro que le conocemos y también que no somos los mismos que cuando partimos. Le sonreímos. Y sin dudarlo, le entregamos aquello que Gaiatra nos había dado. Se trata de nuestro akásico en este Universo. Tal y como lo entregamos, una poderosa Luz Insondable nos invade. Acabamos de dar con Ranut.
-          Te estaba esperando – nos dice y es entonces cuando nos entregamos a Él y sentimos su cálido y poderoso abrazo.
En ese instante un fuerte rayo cósmico nos inunda, penetrando por la misma sede del Alma y provocando que todo nuestro Ser Multidimensional se llene del DIVINO ESPÍRITU DE PAZ. El 1r Rayo Cósmico forma parte de nuestro Ser.
(pausa)
Ahora la Pasión a la Vida y a Dios es nuestra fuerza. Conectados con el Espíritu de Paz, somos capaces de abrir nuevos caminos en toda nuestra dimensionalidad. La Vida se halla mucho más allá de la limitación de nuestra mente. Mucho más allá del individuo y sus particulares espejismos. Sentimos que hemos crecido y que es el momento de dar con el Amor de nuestra Vida.
Él o Ella, nos está esperando. Sentimos como la Pasión brota - invadiendo todos nuestros sentidos - cuando encontramos a la Verdadera pareja. Sólo en este punto, puede comenzar una Vida de Pasión y Entrega. El Amor al otro es una Realidad constatable. El individuo se funde con el opuesto, mientras sigue siendo Uno y también un Todo con el otro.
El Espíritu de Paz, lidera. No hay fronteras que nos impidan descubrir una Vida nueva. La Voluntad fluye a través de este Todo y desde esa Voluntad, descubrimos como la Obra de la Creación nos impulsa, desde esta novedosa condición.
Hemos trascendido el 1r Universo. La Raza Raíz Etérica, muere y finaliza en nosotros. Miramos al Cielo. La Osa Mayor vibra con intensidad. La Estrella Alkaid comienza a vibrar con incalculable intensidad. La 1ª Estrella se ha encendido. Podemos verla brillar. Parece que ha crecido. La Entrega al otro es ahora una Realidad. El Fuego del instinto se convierte en Fuego de Pasión.
Poco a poco, regresamos al latido del Corazón del Planeta y de ahí a nuestro Corazón. Siendo Uno y Todo a la vez, lo que palpita en nuestro interior.
Respiramos profundamente y conectados con la música, lentamente vamos abriendo los ojos.