6º Encuentro Quorum Osa Mayor
Únicamente
cuando el Ser ha alcanzado la Sabiduría – habiendo cruzado la indefinible
“Tierra de Nadie”, donde se habrá desprendido de todo tipo de pertenencia,
posesiones y apegos, así como de todo comportamiento y acción, vinculada a los
intereses del mundo material – cabe la probabilidad de penetrar en este 5º
Universo, donde se experimenta aquello que conocemos como SACRIFICIO.
Si
traducimos correctamente esta palabra, su significado es ACTO DE AMOR, podemos
encontrar que la Real Academia de la Lengua Española, lo describe como “Acto de
abnegación inspirado por la vehemencia del Amor”. Así podemos sentir como ni la
mente ni las palabras tienen la capacidad de definir su verdadero sentido. Los
intereses religiosos, pseudoreligiosos incluso antireligiosos, han convertido
al Sacrificio en algo propio de lo más instintivo. Podemos ver como en
procesiones, el hombre se fustiga hasta maltratar su cuerpo en la creencia de
que a través del dolor se llega a Dios. Nada más alejado de la Verdad. Ni la
pena, ni el castigo ni ningún tipo de fustigación o humillación, ni física ni
emocional forman parte de la Verdad de esta riqueza, que ha sido relacionada
directamente con la muerte y el victimismo ante el poder del Espíritu.
Este
arquetipo, profundamente arraigado en el Inconsciente Colectivo, es preciso - a
estas alturas de la evolución de la Conciencia - aniquilarlo. Este es el único
modo en el que podremos descubrir su Verdadero Poder, el que en Verdad nos
acerca a Dios.
Sacrificio
es Triunfo absoluto sobre la materia. Es Entrega. Es Dar sin esperar recibir
nada a cambio. Es Amor Incondicional. Es Estar y Ser en Unicidad. Es poner a
disposición de Dios todo nuestro Ser y todo nuestro Saber, para formar parte
activa de su Plan de Creación. Es mostrar, enseñar, educar, es convertirse en
un referente a seguir, es renunciar a lo personal en post de la Totalidad, es
velar, amparar, sanar, portar la justicia divina en nuestra voluntad, es
erigirnos como observadores, actuando con todo nuestro potencial. En resumen,
es traer lo más Sagrado a la densidad, con el objetivo de que se pueda conocer
la Divinidad.
En
el 5º Universo Experiencial - el que se conoce como la Raza Raíz Aria – es
decir, la actual, la que estamos transformando en la Raza del Humano-Cósmico,
al que nosotras como Escuela, denominamos Raza Nanahan – que significa Soy Uno
con Dios – disponemos de la gran oportunidad de convertirnos en esos misioneros
que dedican su vida al prójimo, con la única intención de mostrar una forma de
vida mayor.
Hemos
dejado de ser Navegantes, ya hemos atracado en puerto, estamos posicionados en
la Conciencia. No existe duda en nosotros. Nada externo nos puede continuar
arrastrando hacia lo que ya no resuena con nuestra Gran Alma. La posición del
Observador es vital en este proceso. Somos capaces de estar presentes en el
conflicto y no dejarnos llevar por la emoción que se desencadena. La Compasión
y la Verdad son nuestras mejores compañeras. Actuamos como lo haría el Maestro
y en silencio nos retiramos, permitiendo que cada cual sea responsable de sus
acciones y de sus pensamientos.
Superado
este proceso, seremos capaces de colocarnos frente a frente de Letzbah, ese
increíble Ser, que dedicó su existencia a bucear en el mundo astral con el
objetivo de conocer la Causa –Efecto de cada Entidad. Él en su vital conjunción
con la más elevada Verdad de Dios, fue quien veló por el Equilibrio Universal,
siendo testigo y conocedor de los Akásicos, para que estos fueran reconducidos
a cada paso, a través de sostener su Amor y Entrega hacia la Dama que creció
viviendo de cerca, los efectos de la maldad y la ignorancia.
Liriah,
la única y la primera que tras arduas batallas, consiguió reconocer el Amor
Verdadero, pese a no haber recibido una insignificante pizca de ello, mientras
cruzaba los caminos que el destino puso ante su crecimiento. Ella fue quien en
su experiencia, consiguió comprender que para ser libre, el mal tenía que poder
ver su grandeza. Así sola, sin apoyo, sin temor, sólo con la madurez de su gran
Corazón, derrotó frente a frente a quién siempre la oprimió. Sólo tras este
poderoso episodio, fue capaz de sentir la pasión de Letzbah y comenzar a
confiar en Él.
Únicamente,
tras este Encuentro, todo cambió… la Paz penetró en ellos y con el motor de su
unión, pudo desvelarse al misionero. Aquí comienza Todo lo nuevo.
Misioneros…
feliz viaje…
Comenzamos…
Concentrados
y en silencio, nos conectamos con la Multidimensionalidad del Ser. Sentimos
como cada fase, cada plano, cada ritmo y cada átomo, se convierten en una
Unidad indisoluble. El Corazón del Planeta y el nuestro, sostienen ahora y para
siempre, idéntico ritmo. Así mismo y muy lentamente, nos integramos en el ritmo
cósmico y nos permitimos fluir en él. Sentimos como somos guiados por el
Espíritu. Sentimos una gran dicha por ello.
(pausa)
Nuestro
Espíritu nos quiere mostrar algo que permanece oculto en los Akásicos. Para
ello nos conduce a lo largo y ancho del Tiempo, tanto es así, que llegamos a
sentir que no sabemos dónde realmente estamos. Nos permitimos viajar a través
de esta impresionante línea de Tiempo, mientras disfrutamos de las múltiples
sensaciones que nos despierta la inmensidad del Corazón que trazó estos planes,
para nuestra riqueza.
(pausa)
Un
silencio infinito nos envuelve, hemos llegado…
Nos
arropa una Luz muy especial. Cuando intentamos mirar a nuestro alrededor todo
nos parece nuevo, pero al mismo tiempo sentimos que ya hemos estado ahí.
Aparcamos este sentimiento que no se puede definir y continuamos caminando por
este lugar tan especial. Nos adentramos en un Bosque. Se trata de un frondoso
lugar, desde el que se puede escuchar el fluir del agua de arroyos y fuentes.
Inmensos parterres de diversas flores, se abren a cada lado del camino.
Sentimos
que estamos en algún lugar en el que todavía no hemos vivido. Estamos cruzando
por las realidades que nos tiene guardadas el destino. Estamos en una
probabilidad de futuro. Nos sentimos pletóricos. Se trata de un paraje hermoso,
ese con el que siempre soñamos. Cuando miramos al Cielo, observamos cómo se
describen preciosas formas que crean unas nubes de luces que no conocemos. La
atmósfera, los colores, todo es ajeno. Continuamos caminando y disfrutando del
entorno. Nos permitimos descubrirlo todo.
(pausa)
Alcanzamos
lo que parece una casa aislada, rodeada de una valla de arbustos, al cruzar la
entrada, de repente todo cambia, es como si ahora estuviéramos en el pasado, en
una casa que algún día habitamos. Podemos reconocerla, podemos sentir los
aromas que allí quedaron encerrados, podemos escuchar palabras que allí se
compartieron. Podemos vernos a nosotros mismos y a nuestra familia, aunque
somos conscientes de que todavía no estamos todos.
De
repente, notamos el olor de un sabroso guiso que un maduro señor está cocinando.
El anciano, de altura considerable y de arrugadas manos, está acuclillado ante
un fuego hecho dentro de una gran chimenea. Da vueltas a los ingredientes. El
aroma de especias lo invade todo. Se nos abre el apetito. Se gira, nos guiña un
ojo, sabe que es nuestro guiso preferido. Entre todos los presentes preparamos
la mesa para el ágape. Hay mujeres, niños y jóvenes. Somos una gran familia,
que en unión, convivimos, alimentándonos de aquello que nos regala la tierra, el
aire, el agua y el Sol.
Sentados
a la mesa, compartimos ideas, experiencias y sobre todo aquello que nos llena
de gozo. El ambiente es tan acogedor que nunca nos podremos olvidar de que un día
conocimos el Hogar.
Llega
el atardecer, empieza a caer el Sol, alguien está ocupado escribiendo algo. Entre
murmullos, escuchamos claramente el siguiente texto, es el sentimiento que un
compañero dejó escrito en los éteres del Cielo, para que a lo largo del Tiempo,
fuera recordado:
“Sentado, esperaba a que
la Luz de ese inmenso Sol alumbrara, aquello que en su día, el vil canto sin
esperanza, apagara, impidiendo que los rayos alcanzaran a todas las Almas.
Sentado, esperaba a que
las bellas e intensas Odas de la Esperanza, regresaran, que volvieran para
recoger cada pétalo que dejaron caer, cada lágrima que con orgullo, derramaron
con Todo su Ser.
Sentado, esperaba a que
los cánticos celestiales se escucharan, a que los flashes estelares anunciaran,
que los días de Gloria se acercaban y que todo el que había cultivado su Rosa,
pudiera Ahora mostrarla”.
Nos quedamos sintiendo profundamente
el significado de estas palabras, que como halos de esperanza, resuenan en
nuestro Corazón.
(pausa)
Una fina lluvia parece caer, hay niños jugando cerca,
les advertimos que se refugien en el Hogar. Entran corriendo. Desde la misma
puerta, podemos observar como una mujer, no quiere entrar. Le preguntamos qué
ocurre. Nos dice que su Hija todavía no ha regresado. Siente enormes deseos de
abrazarla. Se trata de la Madre de Liriah.
Todos en este Hogar sabemos, que mientras Liriah no
vuelva, no nos sentiremos eternos. Otras madres y padres, se acercan. Comienzan
momentos de plegarias. Se escuchan oraciones que dan las gracias, sintiendo que
aquello que desean ya se ha cumplido. Nos damos cuenta de que aquí no se vive
en la carencia. Se tiene la absoluta certeza de que el anhelo ya es un hecho.
Gracias a la sabiduría de todos estos corazones, la
probabilidad se crea y de forma mágica, todo cambia.
De repente vemos como una muchacha camina decida por el
borde de una cañada, está espléndida, se siente tan dichosa y generosa que no
sabe cómo hacerles saber a todos que la magia está con ella. Por fin, ha tocado
a Letzbah, por vez primera lo ha palpado, ha conocido a quien supo todo de Ella.
Se escucha una sintonía. Alguien la sujeta con fuerza.
Ella sin dudarlo se Entrega. Los pies de ambos oscilan, se balancean siguiendo
el compás de la música que suena. No hay tiempo, todo es eterno, no existe más
momento, que ese que ambos están viviendo.
Al instante en el que se crea ese vínculo en el
Espacio, las múltiples vidas de ambos se encuentran. Los finales inacabados se
desvanecen, para recomponerse de nuevo en un final verdadero. El Sacrificio que
ambos hicieron, tiene un sentido de orden perfecto.
Las puertas del Hogar están abiertas, penetramos igual
que lo hacen ellos. Cada instante que transcurre somos más los que alimentamos
la lumbre, donde se cocina el alimento.
Esta vez es una anciana la que teje un precioso tapiz
de lana. Muy pronto estará acabado, para que pueda ser visto por todos. Nos
esboza una preciosa sonrisa, nos recuerda que nos vimos en muchas otras vidas.
Le sonreímos, transmitiéndole toda la alegría que nos da el poder vernos de
nuevo.
Son ya muy pocos, los que todavía no han vuelto. Las
plegarias se confunden, igual que lo hacen los sueños. Nadie desfallece, todos
sabemos que el triunfo del Sacrificio es un hecho.
Las galeradas de seres de Luz que en su día partieron
para llevar consigo la Verdad de los Cielos, están regresando. La Gran Familia
está viviendo sus días más espléndidos, esos en los que la Gloria, formará
parte del pretérito.
Nos
quedamos en silencio, permitiéndole al Corazón sentir lo que este proceso
representa para nuestro Ser.
(pausa)
Los
cánticos del precioso Templo podían escucharse por doquier. Los presentes
acudíamos en unión a sentir el Amor y la Devoción que ha quedado imprimido en
nuestro Corazón. Nos reunimos en la gran vaguada en la que se levanta la cúpula
que construyeron los Arquitectos de los Templos. Al penetrar, nos quedamos
atónitos ante el más bello e increíble Cerezo. Cada flor, cada pétalo, cada
rama, cada uno de los misterios que guarda, son el reflejo del gran sacrificio
hecho por las Sacerdotisas de los Templos. Situados rodeando el cerezo y
cantando con una única voz, somos testigos de cómo generamos las más mágicas
oleadas de Amor.
(pequeña
pausa)
Alguien
camina hasta el mismo centro y abriendo su Corazón solicita dirigirse a Dios. Sentimos
a Liriah en todo nuestro fuero, nos unimos a sus palabras, dejándolas grabadas
para que aquello que un día fuimos, también pueda recuperarlas.
“Padre- Madre quiero decir algo:
Tengo que confesar que no temí al
dolor. No temí al Amor. Sólo temí no ser capaz de regresar a Ti. Hoy sé que
sólo lo logré, el mismo día en que dejé de temer. Entonces, llegué, te abracé,
me abrazaste y desde ese mismo instante comprendí que jamás nada volvería a
separarme de Ti. Me miraste, te miré, mientras mi Corazón ardía hasta no
dejarme ver. Y así ciega, tras recuperar mi verdadero sentir, supe que AHORA Y
SIEMPRE, te expresarías a través de mí. Conocí tus planes, me atreví a mirar
aquello que sólo la Luz de tus Ojos puede atravesar. Y entonces supe que tenía
que volver a aquel lejano lugar. Tenía que volver a alejarme de Ti, sabiendo
que no me abandonarías, que siempre estarías ahí. Ese fue mi Sacrificio, esa
fue mi Entrega, esa fue mi Escuela, sólo así pude llenarme de Fe, sólo así pude
volver. El Amor que siento por Ti, es tan poderoso, que nada de lo que me
pudiera ocurrir, me iba a hacer dudar de tu plan. Así, imbuida por este sentir,
me lancé a la aventura, sin conocer y sin temer. Y aquí estoy, libre y
completa. Sólo Tú eres capaz de mostrar que si se Ama se consigue Crecer,
sabiendo que para ello, tienes que abandonar todo lo que a lo largo del
trayecto creímos atesorar. Padre – Madre, he regresado a Ti, estoy aquí, con la
certeza de que jamás me volveré a ir.”
Nos
quedamos en silencio, sintiendo profundamente este Sagrado momento en el que
estamos accediendo a la Conciencia de nuestro Pueblo. En nuestro interior
podemos sentir como nuestra voz interior repite una y otra vez SOY UNO CON
DIOS. Nanahan… Nanahan… Nanahan…
(pausa
larga)
La
huella del Sacrificio queda grabada en nuestro Ser Multidimensional. Durante
nuestro Caminar, nos envolveremos con la capacidad de dar, de entregarnos y de
vibrar en resonancia con el plan, eso tan Sagrado que no nos derrotará jamás.
No existirá nada que pueda vencer a esta cualidad de Amar. Sentimos la gran
alegría que ello representa para Dios Padre-Madre. Sentimos la grandeza de
nuestro Corazón. Sentimos a toda nuestra Familia unida en ecuanimidad. Nos
hemos reencontrado.
(pausa)
El
Triunfo del Sacrifico vibra haciéndonos sentir arder la piel. Sentimos el Amor
de Dios Padre y Madre. No hay fronteras que nos impidan descubrir nuestro nuevo
Hogar. La Voluntad fluye a través de este Todo y desde esa Voluntad,
descubrimos como la Obra de la Creación nos impulsa, desde esta novedosa
condición.
Hemos
trascendido también el 5º Universo. La Raza Raíz Aria, muere definitivamente,
finalizando en nosotros. Miramos al Cielo. La Osa Mayor se muestra espléndida.
La Estrella Phekda comienza a vibrar con incalculable intensidad. La 5ª
Estrella se ha encendido. Podemos verla brillar. Parece que ha crecido. El
Sacrificio ha triunfado, tenemos Consciencia para expresar lo más Sagrado.
Nuestro Corazón estalla de Dicha. Sentimos como el símbolo del Triple Anillo de
la Unicidad nos otorga la más elevada cualidad de Existir tal cual la propia
Divinidad.
Nos
quedamos celebrando esta íntima conexión con la Totalidad. Nos visualizamos en
estado meditativo, formando grandes círculos con nuestros familiares, hermanos
y amigos. Dios Padre-Madre nos acompaña. Coloca su mano en nuestra frente y sin
más dice:
-
- Seas
Bienvenido al Hogar Nanahan.
Aguardamos
en silencio, sintiendo profundamente este estado de Gracia…
(pausa
larga)
Poco
a poco, regresamos al latido del Corazón del Planeta y de ahí a nuestro
Corazón. Siendo Uno y Todo a la vez, lo que palpita en nuestro interior.
Respiramos
profundamente y conectados con la música, lentamente vamos abriendo los ojos.